Flexibilidad metabólica

La flexibilidad metabólica es la capacidad que tiene el cuerpo para utilizar o reservar diferentes nutrientes en forma de energía, según las necesidades de cada persona. Hay que buscar un equilibrio perfecto de los macronutrientes. En la actualidad hay muchas corrientes que confunden. Algunos dicen que la dieta debe ser alta en hidratos de carbono, moderada en proteínas y baja en grasas; otros, alta en grasas, moderada en proteínas y baja en hidratos de carbono, y otros dicen que debe ser alta en proteínas, moderada en grasas y baja en hidratos de carbono. Por supuesto que ninguna de estas es la mejor, ni la peor, pero todas no funcionan de igual manera para todas las personas, cada uno tiene sus necesidades.
Como sabes hay tres macronutrientes: los hidratos de carbono y las grasas son fuentes energéticas y  las proteínas cumplen la función estructural, pero en algunos casos se usa hasta como fuente de energía (no es lo ideal), pero estas últimas son necesarias  e importantes en la gluconeogénesis (formación del glucógeno).
Cuanto mayor sea nuestra capacidad para alternar los diferentes sustratos energéticos (nutrientes), mayor será el beneficio que podrás obtener en cualquiera de las circunstancias en las que te encuentres. El ejercicio físico y el estado de ayuno o alimentado determinarán el combustible que hay que emplear.
El metabolismo a base de glucosa y la intolerancia a los hidratos de carbono está detrás del síndrome metabólico, obesidad, diabetes, hipertensión arterial... *Los diferentes estudios dicen que tanto el corazón como el cerebro trabajan al menos un 25% más eficiente con cetosis (situación metabólica del organismo originada por un déficit en el aporte de carbohidratos) que con azúcar en la sangre.
Es importante que la alimentación esté acoplada a la actividad física, variando el % de macronutrientes y las calorías ingeridas en función de la intensidad empleada. Si no es así, podríamos perder la flexibilidad metabólica.
Situaciones que disminuyen la flexibilidad metabólica:

• OBESIDAD Y SOBREPESO: La obesidad causa la pérdida de la flexibilidad metabólica, pero a su vez, la pérdida de la flexibilidad metabólica causa obesidad. La menor capacidad de oxidar sustratos produce una naturaleza acumulativa que predispone a la obesidad y ésta a su vez aumenta la inflamación y acumulación de grasa, impidiendo utilizar eficazmente la glucosa. Si la glucosa no penetra con eficacia las células, principalmente el miocito, tiene mayor probabilidad de convertirse en grasa. 
• RESISTENCIA A LA INSULINA: Cualquier alteración de la señal de la insulina reduce notablemente el uso de la glucosa como fuente de energía. La hipertrofia del adipocito (células grasas más grandes) no es solo la causante de la inflamación, existen otras patologías que cursan con inflamación y que pueden interferir la señal a la insulina.
• DISBIOSIS INTESTINAL: un desequilibrio en nuestras bacterias intestinales podría producir la inflamación de la mucosa intestinal. Esto podría generar espacios en nuestra mucosa haciendo permeable nuestro intestino, lo que provocará el paso de moléculas extrañas en la circulación aumentando la inflamación.
• ESTRÉS CRONICO: El estrés tiene la capacidad de aumentar los niveles de cortisol. Si estos se mantienen elevados durante un tiempo, tendrán capacidad de causar resistencia a la insulina y disminuir la flexibilidad metabólica.

La pérdida de la flexibilidad metabólica está asociada al incremento de la inflamación o viceversa. Pero por otra parte, podrás ser inflexible metabólicamente, si no haces ejercicio físico o llevas una alimentación inadecuada, como muy alta en hidratos de carbono (glucosa) y baja en grasas.
¿Qué puedes hacer para mejorar tu flexibilidad metabólica?

• Realizar ejercicio físico: esto te hará formar o fabricar mitocondrias.
• Adaptar la ingesta de los hidratos de carbono a tus necesidades, momentos posteriores al ejercicio.
• Perder el miedo a tomar alimentos de origen graso (las grasas saludables, acuérdate). Fuentes de calidad.

En resumen, cuando tienes una  flexibilidad metabólica óptima, las enzimas y el cuerpo están adaptados para utilizar correctamente cualquiera de los macronutrientes.